1 1 (1b) Desde el fondo del abismo clamo a ti, Señor:
2 ¡Escucha, Señor, mi voz!, ¡atiendan tus oídos mi grito suplicante!
3 Señor, Señor, si tuvieras en cuenta la maldad, ¿quién podría mantenerse en pie?
4 Pero en ti encontramos perdón, para que te honremos.
5 Con toda mi alma espero al Señor, y confío en su palabra.
6 Yo espero al Señor más que los centinelas a la mañana. Así como los centinelas esperan a la mañana,
7 espera tú, Israel, al Señor, pues en él hay amor y completa libertad.
8 ¡Él librará a Israel de toda su maldad!