1 1 (1b) A ti clamo, Señor: ¡ven pronto!, ¡escucha mi voz cuando te invoco!
2 Sea mi oración como incienso en tu presencia, y mis manos levantadas, como ofrenda de la tarde.
3 Señor, ponle a mi boca un guardián; vigílame cuando yo abra los labios.
4 Aleja mi pensamiento de la maldad; no me dejes andar en malas acciones ni tomar parte en banquetes de malhechores.
5 Es un favor que el hombre honrado me castigue, un perfume delicado que me reprenda. Tales cosas no rechazaré; a pesar de sus golpes, seguiré orando.
6 Los jefes de los malvados serán despeñados, y verán que mis palabras eran agradables.
7 Sus huesos serán esparcidos junto al sepulcro, como cuando se abren surcos en la tierra.
8 Señor, Señor, mis ojos están puestos en ti. En ti busco protección: no me abandones.
9 Líbrame de la trampa que me han puesto; líbrame de la trampa de los malhechores.
10 Que caigan los malvados en su propia red, mientras yo sigo adelante.