1 1 (2) Señor, muchos son mis enemigos, muchos son los que se han puesto en contra mía,
2 2 (3) ¡muchos son los que dicen de mí: «Dios no va a salvarlo»!
3 3 (4) Pero tú, Señor, eres mi escudo protector, eres mi gloria, eres quien me reanima.
4 4 (5) A gritos pido ayuda al Señor y él me contesta desde su monte santo.
5 5 (6) Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo.
6 6 (7) No me asusta ese enorme ejército que me rodea dispuesto a atacarme.
7 7 (8) ¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío! Tú golpearás en la cara a mis enemigos; ¡les romperás los dientes a los malvados!
8 8 (9) Tú, Señor, eres quien salva; ¡bendice, pues, a tu pueblo!