1 1 (2) ¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea, cual tierra árida, sedienta, sin agua.
2 2 (3) ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu gloria,
3 3 (4) pues tu amor vale más que la vida! Con mis labios te alabaré;
4 4 (5) toda mi vida te bendeciré, y a ti levantaré mis manos en oración.
5 5 (6) Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría.
6 6 (7) Por las noches, ya acostado, te recuerdo y pienso en ti;
7 7 (8) pues tú eres quien me ayuda. ¡Soy feliz bajo tus alas!
8 8 (9) Mi vida entera está unida a ti; tu mano derecha no me suelta.
9 9 (10) Los que tratan de matarme caerán al fondo del sepulcro;
10 10 (11) ¡morirán a filo de espada y serán devorados por los lobos!
11 11 (12) Pero el rey se alegrará en Dios; cantarán alabanzas todos los que juran por él, pero a los que mienten se les tapará la boca.