1 1 (2) Oh Dios de Sión, ¡tú eres digno de alabanza!, ¡tú mereces que te cumplan lo prometido,
2 2 (3) pues escuchas la oración! Todo el mundo viene a ti.
3 3 (4) Nuestras maldades nos dominan, pero tú perdonas nuestros pecados.
4 4 (5) Feliz el hombre a quien escoges y lo llevas a vivir cerca de ti, en las habitaciones de tu templo. ¡Que seamos colmados con lo mejor de tu casa, con la santidad de tu templo!
5 5 (6) Dios y Salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos de justicia; la tierra entera confía en ti, y también el mar lejano;
6 6 (7) tú mantienes firmes las montañas con tu poder y tu fuerza.
7 7 (8) Tú calmas el estruendo de las olas y el alboroto de los pueblos;
8 8 (9) aun los que habitan en lejanas tierras tiemblan ante tus maravillas; por ti hay gritos de alegría del oriente al occidente.
9 9 (10) Tú tienes cuidado de la tierra; le envías lluvia y la haces producir; tú, con arroyos caudalosos, haces crecer los trigales. ¡Así preparas el campo!
10 10 (11) Tú empapas los surcos de la tierra y nivelas sus terrones; ablandas la tierra con lluvias abundantes y bendices sus productos.
11 11 (12) Tú colmas el año de bendiciones, tus nubes derraman abundancia;
12 12 (13) los pastos del desierto están verdes y los montes se visten de gala;
13 13 (14) los llanos se cubren de rebaños, los valles se revisten de trigales; ¡todos cantan y gritan de alegría!