1 1 (1b) Señor, dígnate escucharme, porque estoy muy triste y pobre;
2 protégeme, pues te soy fiel. Tú eres mi Dios; ¡salva a este siervo tuyo que en ti confía!
3 Señor, ten compasión de mí, que a ti clamo a todas horas.
4 Señor, alegra el ánimo de este siervo tuyo, pues a ti dirijo mi oración.
5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan.
6 Señor, escucha mi oración, ¡atiende mi plegaria!
7 En mi angustia clamo a ti, porque tú me respondes.
8 ¡No hay dios comparable a ti, Señor! ¡No hay nada que iguale a tus obras!
9 Oh Señor, tú has formado a todas las naciones, y ellas vendrán a ti para adorarte y para glorificar tu nombre.
10 Porque solo tú eres Dios; ¡tú eres grande y haces maravillas!
11 Oh Señor, enséñame tu camino, para que yo lo siga fielmente. Haz que mi corazón honre tu nombre.
12 Mi Señor y Dios, te alabaré con todo el corazón y glorificaré siempre tu nombre.
13 ¡Inmenso es tu amor por mí! ¡Me has librado de caer en el sepulcro!
14 Oh Dios, una banda de insolentes y violentos, que no te tienen presente, se han puesto en contra mía y quieren matarme.
15 Pero tú, Señor, eres Dios tierno y compasivo, paciente, todo amor y verdad.
16 Mírame, ¡ten compasión de mí! ¡Salva a este siervo tuyo! ¡Dale tu fuerza!
17 Dame una clara prueba de tu bondad, y que al verla se avergüencen los que me odian. ¡Tú, Señor, me das ayuda y consuelo!